jueves, 5 de noviembre de 2015

Los alcanos y su impacto social.

LOS ALCANOS

Los alcanos son los hidrocarburos (compuestos de C e H) más simples, no tienen grupo funcional y las uniones entre átomos de carbono (con hibridación sp3) son enlaces simple. A pesar de ello son muy importantes porque su estudio nos permitirá entender el comportamiento del esqueleto de los compuestos orgánicos (conformaciones, formación de radicales) y además porque constituyen una de las fuentes de energía más importantes para la sociedad actual (petróleo y sus derivados).
Los alcanos derivan principalmente del petróleo, son subproductos del mismo. El petróleo, con frecuencia llamado crudo, es bombeado a través de pozos que alcanzan yacimientos, en el interior de la corteza terrestre.
El crudo es una mezcla de compuestos orgánicos que varía según la calidad del mismo; sus componentes son: de 85 a 90% de carbono; de 10 a 14% de hidrógeno; de 0.2 a 3% de azufre y algunos restos de otros materiales como vanadio y níquel.
El petróleo al igual que el gas natural se forma cuando grandes cantidades de microorganismos acuáticos (plancton y otros animales) mueren y son enterrados entre los sedimentos del fondo de los estuarios y pantanos, en un ambiente muy pobre en oxígeno. Cuando estos sedimentos son cubiertos por otros que van formando estratos rocosos que los recubren, aumenta la presión y la temperatura y, en un proceso poco conocido, se forman el petróleo y el gas natural. Este último se forma en mayor cantidad cuando las temperaturas de formación son más altas. El petróleo y el gas natural, al ser menos densos que la roca, tienden a ascender hasta quedar atrapados debajo de rocas impermeables, formando grandes depósitos. Pero realmente no son lagunas sino que el petróleo se encuentra rodeado de tierra, como el agua dentro de un ladrillo.
La composición del petróleo y la cantidad de contaminantes que lleva varía de una explotación a otra, por lo que la refinería de petróleo debe ajustar sus condiciones de trabajo para procesar un tipo u otro de crudo petrolífero.


PANORAMA GENERAL DE LA REFINACIÓN DEL PETRÓLEO

La refinación de petróleo es un eslabón único y fundamental de la cadena de suministro de petróleo, del pozo a la bomba. Los demás eslabones de este proceso agregan valor al petróleo, principalmente mediante su traslado y almacenamiento (por ejemplo, extracción del petróleo crudo a la superficie, traslado desde el yacimiento petrolífero a los depósitos y luego a las refinerías, traslado de los productos refinados desde las refinerías a las terminales de despacho e instalaciones de productos de consumo final, entre otros.). La refinación agrega valor mediante la conversión del petróleo crudo (que, en sí mismo, tiene escaso valor como producto de consumo final) en una variedad de productos refinados, incluidos los combustibles para transporte. El principal objetivo económico de la refinación consiste en maximizar el valor agregado en la conversión del petróleo crudo en productos terminados. (Imagen 1)

Imagen 1. Productos de la refinación del petróleo


Las refinerías son grandes plantas de producción de gran densidad de capital, con sistemas de procesamiento extremadamente complejos. En ellas se convierte el petróleo crudo y otros flujos de entrada en docenas de subproductos refinados, por ejemplo:
Gas licuado de petróleo (GLP)
Gasolina
Combustible pesado
Queroseno (para iluminación y calefacción)
Combustible diésel
Materias primas de petroquímicos
Aceites lubricantes y ceras
Gasóleo de calefacción
Aceite combustible (para generación de energía eléctrica, combustible marino, calefacción industrial y urbana)
Asfalto (para pavimentación y techado)
Entre los subproductos mencionados, los combustibles para transporte son los de mayor valor, mientras que los aceites combustibles y el asfalto son los de menor valor.
Muchos productos refinados, como la gasolina, se producen en diferentes grados, para cumplir con diferentes especificaciones y estándares (por ejemplo, índices de octano o contenido de azufre).
En la actualidad, existen más de 660 refinerías en 116 países, que producen más de 85 millones de barriles de productos refinados por día. Cada refinería tiene una estructura física particular, así como determinadas características operativas y una economía particular. La estructura de una refinería y sus características de funcionamiento están determinadas principalmente por su ubicación, antigüedad, disponibilidad de fondos para inversiones de capital, petróleos crudos disponibles, demanda del producto (de los mercados locales y/o de exportación), requisitos de calidad del producto, normativa y estándares ambientales, y las especificaciones y requisitos del mercado para los productos refinados.
La mayoría de las refinerías de América del Norte están diseñadas para maximizar la producción de gasolina, a expensas de los demás productos refinados. En otros lugares, la mayoría de las capacidades de refinación actuales y prácticamente todas las capacidades nuevas están diseñadas para maximizar la producción de destilado (combustible diésel y pesado) y, en algunas zonas, la producción de materias primas de petroquímicos, debido a que se ha registrado un acelerado crecimiento en la demanda de estos productos en la mayoría de las regiones del mundo.
Componentes químicos del petróleo crudo
En las refinerías del mundo, se procesan, en mayor o menor volumen, cientos de tipos diferentes de crudos (identificados generalmente por su origen geográfico).
Cada tipo de crudo es único y es una mezcla compleja de miles de componentes. La mayoría de los componentes presentes en el petróleo crudo son hidrocarburos (componentes orgánicos compuestos por átomos de hidrógeno y carbono). Asimismo, se pueden encontrar no sólo carbono e hidrógeno, sino también pequeñas (pero importantes) cantidades de otros (“hetero”) elementos, en particular azufre, nitrógeno y ciertos metales (por ejemplo, níquel, vanadio, entre otros.). El petróleo crudo está compuesto por la molécula de hidrocarburo más pequeña y simple – CH4 (metano) – hasta las moléculas más grandes y complejas que contienen 50 o más átomos de carbono (además de hidrógeno y heteroelementos).
Las propiedades físicas y químicas de cualquier tipo de hidrocarburo o molécula dependen no sólo de la cantidad de átomos de carbono en la molécula, sino también de la naturaleza de los enlaces químicos entre ellos. Los átomos de carbono se unen fácilmente entre sí (y con hidrógeno y heteroátomos) en diferentes formas (enlaces simples, dobles y triples) para formar diferentes clases de hidrocarburos, conforme se ilustra en la Figura 1 de la página siguiente.
La parafina, los aromáticos y los naftenos son componentes naturales del petróleo crudo, y también se producen mediante varias operaciones de refinación. Normalmente las olefinas no están             presentes en el petróleo crudo. Se producen en determinadas operaciones de refinación destinadas principalmente a la producción de gasolina. Como se muestra en la Figura 1, los componentes aromáticos tienen mayor proporción de carbono-hidrógeno (C/H) que los naftenos, los cuales, a su vez, tienen mayor proporción de C/H que las parafinas.
Cuánto más pesado (más denso) es el crudo, más alta es su proporción de C/H. Debido a los procesos químicos de la refinación, cuánto mayor es la proporción de C/H del crudo, más intenso y costoso es el proceso de refinación que se requiere para producir determinados volúmenes de gasolina y combustibles destilados. Por ello, la composición química del petróleo crudo y su división en fracciones de distinto punto de ebullición incluyen en los requisitos de inversión de la refinería y la energía que utiliza, los dos aspectos más importantes del costo total de la refinación.
Las proporciones de los diferentes tipos de hidrocarburos, su distribución de la cantidad de carbono y la concentración de heteroelementos en un tipo de crudo determina el rendimiento y la calidad de los productos refinados que se pueden producir en la refinería a partir de dicho crudo y, por lo tanto, el valor económico del crudo. Los diferentes tipos de crudo requieren distintas refinerías y operaciones para maximizar el valor de la gama de productos que producen.

Figura 1.- Los átomos de carbono se unen entre sí y con hidrógeno (enlaces simples, dobles y triples) para formar diferentes clases de hidrocarburos.


Contenido de azufre
Entre los heteroelementos presentes en el petróleo crudo, el azufre es el que más afecta el proceso de refinación.
Ø  Los niveles suficientemente altos de azufre en el flujo de refinación pueden (1) desactivar (“contaminar”) los catalizadores que aceleran las reacciones químicas deseadas en ciertos procesos de refinación, (2) provocar la corrosión en el equipo de refinería, y (3) generar la emisión a la atmósfera de compuestos de azufre, que no son agradables y pueden estar sujetos a estrictos controles reglamentarios, dado su alto índice de contaminación.
Ø  El azufre de los combustibles para vehículos automotores ocasiona la emisión de compuestos de azufre indeseables e interfiere con los sistemas de control de emisiones de este tipo que están destinados a regular las emisiones perjudiciales, como los compuestos orgánicos volátiles, óxidos de nitrógeno y particulados.
Consecuentemente, las refinerías deben tener la capacidad de extraer el azufre del crudo y los flujos de refinación en la medida que sea necesario para atenuar estos efectos no deseados.
Cuánto más alto sea el contenido de azufre del crudo, más alto es el grado de control de azufre que se necesita, para evitar la contaminación atmosférica, y el costo que insume este procedimiento.
El contenido de azufre del crudo y los flujos de refinación se mide generalmente en tanto por ciento (%) en peso o en partes por millón por peso (ppmw). En la industria de la refinería, el petróleo crudo se denomina con poco azufre (bajo nivel de azufre), si su nivel de azufre es inferior al valor umbral (por ejemplo, 0,5 % (5.000 ppmw)) y sulfuroso (alto nivel de azufre), si el nivel de azufre supera el umbral más alto. La mayoría de los crudos sulfurosos registran niveles de azufre de entre 1,0 y 2,0 %, pero en algunos casos se registran niveles de azufre de > 4 %.
En un determinado tipo de crudo, la concentración de azufre tiende a incrementar en forma progresiva, con un aumento en la cantidad de carbono. Por lo tanto, las fracciones de crudo en el aceite combustible y el punto de ebullición del asfalto tienen mayor contenido de azufre en comparación con el que se registra en el punto de ebullición del combustible pesado y el diésel, que, a su vez, tienen más contenido de azufre que el que se registra en el punto de ebullición de la gasolina. Del mismo modo, los componentes más pesados presentes en, por ejemplo, el punto de ebullición de la gasolina tienen más contenido de azufre que los componentes más livianos en dicho punto de ebullición.
TIPOS DE REFINACIÓN
                Las transformaciones físicas y químicas que experimenta el crudo en una refinería ocurren a través de varios procesos específicos, cada uno de ellos llevados a cabo en una instalación o unidad de proceso diferente. Las grandes y modernas refinerías incluyen cincuenta procesos específicos, que operan en una estrecha interacción. Sin embargo, a los fines de esta revisión, estos procesos se pueden considerar en función de unos tipos amplios.
Destilación del crudo
La destilación del crudo es el punto de partida de cualquier refinería, más allá de su tamaño o configuración total. Es una función específica que afecta a todos los procesos de refinación, desde su origen.
La destilación del crudo separa los diferentes componentes del petróleo crudo (por lo general una mezcla de petróleos crudos) en un número de flujos de refinación intermedios (conocidos como “fracciones de crudo” o “cortes”), que se caracterizan por sus puntos de ebullición (una medida de su volatilidad, o propensión a evaporarse). Cada fracción que resulta de la unidad de destilación del crudo (1) se define mediante un punto de ebullición único (por ejemplo, 180°-250° F, 250°-350° F, entre otros.) y (2) está compuesta por cientos o miles de distintos compuestos de hidrocarburo, todos los cuales tienen puntos de ebullición dentro del rango de corte. Estas fracciones incluyen (a fin de aumentar el punto de ebullición) gases livianos, naftas, destilados, gasóleos y aceites residuales. Cada una de estas fracciones pasa por un proceso de refinación diferente para continuar su procesamiento.
 Los productos de esa destilación fraccionada cuidadosamente, no son alcanos puros, sino mezclas de alcanos con un intervalo de puntos de ebullición adecuado, como puede observarse en la Tabla 1 e Imagen 2:

Tabla 1. Diferentes puntos de ebullición y mezcla de alcanos obtenidos





Imagen 2.- Mezcla de alcanos obtenidos durante la destilación fraccionada del petróleo crudo.

Las naftas son materiales combustibles con punto de ebullición. Por lo general se envían a las unidades de mejoramiento (para mejorar el octano, controlar el azufre, entre otros.) y luego a la mezcla de combustibles. Los destilados, incluido el queroseno, por lo general atraviesan más tratamientos y luego se incorporan al combustible pesado, diésel y gasóleo de calefacción. El gasóleo pasa por las unidades de conversión, donde se fraccionan en flujos más livianos (gasolina, destilado).
Finalmente, el aceite residual (o residuos) es dirigido a otras unidades de conversión, o se mezcla con el combustible industrial pesado y/o asfalto. Los residuos tienen relativamente escaso valor económico, en realidad un valor más bajo que el petróleo crudo del cual se extraen. La mayoría de las refinerías modernas convierten, o mejoran, colas de componentes pesados de bajo valor en productos livianos más valiosos (gasolina, combustible pesado, combustible diésel, entre otros.).
Debido a que todo el petróleo crudo que se trata en las refinerías atraviesa un proceso de destilación, la capacidad de refinación se expresa normalmente en términos de destilación del petróleo crudo según la capacidad de producción.
Procesos de conversión (craqueo)
Los procesos de conversión provocan reacciones químicas que rompen (“descomponen”) moléculas de hidrocarburo (de escaso valor económico) de gran tamaño y de alta ebullición, lo que da origen a moléculas apropiadas más pequeñas y livianas, después del procesamiento, para mezclar con gasolina, combustible pesado, combustible diésel, materias primas de petroquímicos y otros productos livianos de alto valor. Las unidades de conversión forman el núcleo central de las operaciones de refinación modernas debido a que (1) permiten que las refinerías alcancen altos rendimientos de transporte de combustibles y otros productos livianos valiosos, (2) brindan flexibilidad operativa para mantener la elaboración de productos livianos conforme a las fluctuaciones normales en la calidad del petróleo crudo y, (3) permiten el uso económico de los crudos sulfurosos pesados.
Los procesos de conversión de mayor interés son el craqueo catalítico fluidizado (FCC, por sus siglas en inglés), el hidrocraqueo y la coquización.
Cuanto más pesado (más denso) es el crudo, más alta es su proporción de C/H. Del mismo modo, en un petróleo crudo en particular, cuanto más pesada es la fracción del punto de ebullición, más alta es su proporción de C/H. Este mismo fenómeno se aplica a los productos refinados: Cuanto más pesado es el producto, más alta es su proporción de C/H. En consecuencia, las operaciones de refinación deben, en conjunto, reducir la proporción de C/H del petróleo crudo y los flujos intermedios que procesan. Gran parte de esto (aunque no toda) recae sobre los procesos de conversión.
En términos generales, la reducción de la proporción de C/H se puede lograr de alguna de estas dos maneras: ya sea mediante el desecho del exceso de carbono (en la forma de coque de petróleo) o la adición de hidrógeno. El FCC y la coquización adoptan la primera opción. El hidrocraqueo sigue la segunda opción.
Craqueo catalítico fluidizado
El craqueo catalítico fluidizado (FCC) es el proceso de refinación desde el origen más importante en la destilación del crudo, en lo que respecta a la capacidad de producción de toda la industria y el efecto general que posee en las operaciones de refinación y en su aspecto económico. El proceso opera a altas temperaturas y baja presión y emplea un catalizador para convertir el gasóleo pesado a partir de la destilación del crudo (y otros flujos pesados) en gases livianos, materias primas de petroquímicos, mezcla de componentes de gasolina (nafta de FCC), y mezcla de componentes de combustible diésel (aceite cíclico ligero).
Un catalizador es un material (por lo general un metal u óxido de metal) que promueve o acelera una reacción química específica, sin que el mismo participe en dicha reacción.
Es decir, el craqueo catalítico consiste en calentar los alcanos en presencia de materiales que catalicen la ruptura de moléculas grandes para formar otras más pequeñas. (Figura 2).

Figura 2. Después de la destilación el cracking o craqueo catalítico transforma alguna de las fracciones menos  valiosas en productos más apreciados y de mayor consumo.

Hidrocraqueo
El hidrocraqueo, al igual que el FCC, convierte los destilados y el gasóleo a partir de la destilación del crudo (como así también otros flujos de refinería pesados), principalmente en gasolina y destilados. Este es un proceso catalítico que opera a temperatura moderada y a alta presión. Aplica hidrógeno generado externamente para descomponer el destilado y las cargas de gasóleo pesado en gases livianos, materias primas de petroquímicos, y mezcla de componentes de gasolina y combustible diésel.
Como sucede con el FCC, el hidrocraqueo ofrece altos rendimientos de productos livianos y una extensa flexibilidad operativa. El rendimiento del producto a partir del hidrocraqueo depende del modo como está diseñada y opera la unidad. Desde un extremo operativo, un hidrocraqueador puede convertir esencialmente toda su carga en mezcla de componentes de gasolina, con rendimientos de ≈ 100 vol% en la carga. De manera alternativa, un hidrocraqueador puede producir combustible pesado y diésel, con rendimientos combinados de 85% a 90 vol%, junto con bajos volúmenes de gasolina.
El hidrocraqueo presenta una notable ventaja respecto del FCC. La entrada de hidrógeno al hidrocraqueador no sólo causa reacciones de craqueo, sino también otras reacciones que extraen los heteroátomos, en especial el azufre, de los flujos hidrocraqueados. Estas reacciones de “hidrotratamiento” producen flujos hidrocraqueados con contenido de azufre muy bajo y mejores propiedades.
Los flujos hidrocraqueados no sólo que casi no contienen azufre, sino que también tienen un bajo contenido de aromáticos. Los aromáticos en el punto de ebullición de destilados tienen un deficiente funcionamiento del motor (es decir, baja cantidad de cetano) y deficientes características de emisión en el combustible diésel. Las reacciones químicas en el hidrocraqueo rompen los anillos aromáticos y, de ese modo, producen una mezcla de componentes de destilados especial, con un destacado funcionamiento y características de emisión. En consecuencia, los hidrocraqueadores en las refinerías con FCC y/o unidades de coquización, a menudo reciben como carga el alto contenido de aromáticos, flujos de destilados de alto contenido de azufre, a partir de estas unidades.
El hidrocraqueo es más efectivo que el FCC o la coquización en cuanto a la conversión del gasóleo pesado y la elaboración de productos de bajo contenido de azufre. Sin embargo, la construcción y el funcionamiento de los hidrocraqueadores son más costosos, en gran medida debido a su consumo demasiado alto de hidrógeno.
Coquización
La coquización es proceso de conversión térmica, no catalítico que descompone el aceite residual, el residuo más pesado que resulta de la destilación del crudo, en un rango de intermedios más livianos para continuar su procesamiento. En la industria de la refinación, la coquización es el medio principal (aunque no el único) de conversión del aceite residual, el “fondo del barril de crudo”, en productos más livianos y valiosos.
Los productos craqueados a partir de la coquización incluyen gases livianos (incluidas las olefinas livianas), nafta de baja calidad (nafta del proceso de coquización) y flujos destilados (destilado de coque), los cuales deben continuar su procesamiento, y grandes volúmenes de gasóleo de coque y coque de petróleo (≈ 25–30 % en la carga).
El gasóleo de coque se utiliza principalmente como carga de FCC adicional. Sin embargo, el gasóleo de coque contiene altos niveles de azufre y otros contaminantes, los cuales disminuyen el valor de la carga de FCC, en comparación con el gasóleo de destilación directa.
Según el tipo de petróleo crudo, el coque de petróleo que se produce en el coquizador se puede vender para varios fines de uso, por ejemplo, como combustible en refinerías o plantas de energía externas, o simplemente ser enterrado.
Reforming o reformado catalítico
Otro proceso que se lleva a cabo con alguna de las fracciones del petróleo es el reforming o reformado catalítico. Éste es un proceso en el que las moléculas lineales de hidrocarburos se ciclan pudiendo llegar a convertirse en hidrocarburos aromáticos. (Figura 3).




Figura 3.- Proceso de Reforming



El objetivo de este proceso es aumentar el índice de octanos de la gasolina. El índice de octano marca la capacidad de autoignición de la gasolina bajo presión. Cuanto mayor índice más difícil es la autoignición. Para poder calcular el índice de octano de una sustancia se asignó el valor 0 al n-heptano y el 100 al 2,2,4-trimetilpentano. (Figura 4).


Figura 4. El índice de octano marca la capacidad de autoignición de la gasolina


El reformado catalítico (o, simplemente, “reformado”) es el proceso de mejoramiento más usado, en particular, en las refinerías de los Estados Unidos, donde representa alrededor del 25% del yacimiento de gasolina.
Los reformadores tienen otra importante función de refinación. Los compuestos aromáticos tienen una proporción mayor de C/H que los compuestos de hidrocarburo de los cuales se producen, mediante el reformado catalítico. En consecuencia, los reformadores elaboran hidrógeno, como un subproducto. El hidrógeno producido mediante el reformado abastece alrededor de 45% del hidrógeno que se consume en las refinerías de los Estados Unidos.
La alta concentración de componentes aromáticos en el reformado es la fuente principal de octano reformado. Estos compuestos aromáticos son también valiosos para las materias primas de petroquímicos. Por ende, muchas refinerías ubicadas cerca de centros petroquímicos disponen de procesos para extraer algunos de estos aromáticos para la venta como materias primas de petroquímicos.
Los aromáticos, en especial el benceno, se consideran compuestos tóxicos, lo cual ha ocasionado presiones externas para generar octano incremental de fuentes que tienen menor contenido aromático.
A través de la descripción del largo proceso de refinación del petróleo, podemos observar que es una importante fuente de energía no renovable, de buen rendimiento y del cual se obtienen numerosos productos que empleamos en nuestra vida cotidiana. Sin embargo, su extracción, transporte, refinamiento y consumo genera sustancias contaminantes tales como el hollín (carbón sin quemar), monóxido de carbono, óxido de azufre y dióxido de carbono, que alteran no solo al aire atmosférico,  sino los ríos y mares; y los bosques y tierras de uso agrícola, deteriorando la calidad de vida de todos los seres vivos que habitan en el planeta.
IMPACTO SOCIAL QUE OCURRE AL EXTRAER, TRANSPORTAR Y CONSUMIR ENERGÍA DEL PETRÓLEO Y OTROS COMBUSTIBLES FÓSILES.
PETRÓLEO
El petróleo es un combustible natural líquido constituido por una mezcla de hidrocarburos. Su poder calorífico oscila entre las 9000 y 11000 kcal/kg. Procede de la transformación, por acción de determinadas bacterias, de enormes masas de plancton sepultadas por sedimentos y, en determinadas condiciones de presión y temperatura. Es, por lo tanto, un combustible fósil, más ligero que el agua.
Estos depósitos se almacenan en lugares con roca porosa y hay rocas impermeables (arcilla) a su alrededor que evita que se salga.
Durante su extracción pueden ocurrir accidentes, como derrames que afecten el entorno que lo rodea. Si el petróleo se encuentra junto a depósitos de gas natural, en pozos ubicados en el mar o en tierra, normalmente éste es quemado, así se libera a la atmósfera una serie de elementos contaminantes: hollín, monóxido, dióxido de carbono y óxido de azufre, estos últimos responsables del efecto invernadero y de la lluvia ácida.
El principal impacto es que al ser transportado por mar, en buques-tanques, ocurra un derrame debido a un accidente. Cuando un petrolero se accidenta, produce un enorme impacto en el ecosistema marino al derramar cientos o miles de toneladas de petróleo crudo sobre las aguas, el cual se esparce en una gran extensión que suele abarcar varios kilómetros a la redonda. Si este ocurre cerca de la costa, el derrame suele llegar hasta las playas inutilizándolas para el uso de las personas,  los hidrocarburos orgánicos volátiles del petróleo matan inmediatamente varios animales, especialmente en sus formas larvales. (Imagen 3).


Imagen 3. Petróleos de Venezuela (PDVSA) no pudo controlar las fugas de petróleo hacia el Lago de Maracaibo.

Otras sustancias químicas permanecen en la superficie y forman burbujas flotantes que cubren las plumas de las aves que se zambullen, lo cual destruye el aislamiento térmico natural y hace que se hundan y mueran. Los componentes pesados del petróleo que se depositan al fondo del mar pueden matar a los animales que habitan en las profundidades como cangrejos, ostras, entre otros., o los hacen inadecuados para el consumo humano. (Imagen 4).


Imagen 4. Huellas del daño ocasionado a las aves, animales marinos y ecosistemas costeros

El petróleo que llega al mar se evapora o es degradado lentamente por bacterias.
Una de las mayores causas de la contaminación oceánica son los derrames de petróleo. El 46% del petróleo y sus derivados industriales que se vierten en el mar son residuos que vuelcan las ciudades costeras, afectando a la vida marina y ecosistemas costeros.  El mar es empleado como un muy accesible y barato depósito de sustancias contaminantes, y la situación no cambiará mientras no existan controles estrictos, con severas sanciones para los infractores. (Imagen 5). 
Imagen 5. Los derrames petroleros son la principal causa de contaminación de lagos y océanos
 

Con respecto al transporte terrestre, éste se realiza por grandes tubos de acero protegidos, de 80 cm de diámetro (oleoductos) que van enterrados en el suelo, que enlazan yacimientos con refinerías y puertos de embarque. Los problemas que podrían producirse son principalmente, durante la construcción de éste, porque altera las zonas por donde pasa y generalmente suele abarcar grandes distancias. Durante el transcurso del tiempo, podría llegar a ocurrir una rotura del oleoducto y producir un derrame terrestre, contaminando los suelos y ocasionando  la pérdida de fertilidad de estos. Este tipo de accidentes son poco frecuentes y pueden ser evitados gracias a un buen control de los oleoductos.  (Imagen 6)

Imagen 6. Vestigios del daño ocasionado por derrames de petróleo a suelos productivos


En relación al consumo, la combustión de los principales derivados del petróleo ya refinado, (gasolina, bencina, parafina, petróleo diesel, etc.), genera gran cantidad de hollín (carbón sin quemar); CO (monóxido de carbono), que es un veneno; y CO2 (dióxido de carbono) principal constituyente del smog de las grandes ciudades y causante principal del efecto invernadero en la planeta.
GAS NATURAL
                Se obtiene de yacimientos. Consiste en una mezcla de gases que se encuentra almacenada en el interior de la tierra, unas veces aisladamente  (gas seco) y en otras ocasiones acompañando al petróleo (gas húmedo). Su origen es semejante al del petróleo, aunque su extracción es más sencilla. Consiste en más de un 70% en metano, y el resto es mayoritariamente, etano, propano y butano. Una vez extraído, se elimina el agua y se transporta empleando diversos métodos. Su poder calorífico ronda las 11000 kcal/ m3. (Imagen 7)


Imagen 7. Esquema de los yacimientos de extracción del gas natural, donde podemos observar gas seco (libre de petróleo).

Se emplea como combustible en centrales térmicas, para obtener gasolina y como combustible doméstico e industrial.
             En lo referente a la extracción, al obtener gas natural es común la quema de un pequeño porcentaje de este gas en los pozos. Esto provoca un impacto ambiental atmosférico, ya descrito en la explicación sobre la extracción de petróleo.
En los pozos extractores de gas, es común ver las enormes y altas chimeneas coronadas por fuego (llamas). Esta combustión, incompleta, contamina la atmósfera (monóxido, dióxido de carbono, etc.). (Imagen 8)

Imagen 8. Se observa la contaminación atmosférica que ocasionan las plantas de extracción y procesamiento de gas y las explosiones accidentales  que pueden ocurrir durante su extracción.

En lo concerniente al transporte, no presenta mayor riesgo que las posibles explosiones de gasoductos debido a fallas en sus sistemas reguladores de la presión, lo cual, es poco probable. Muy pocas veces ha ocurrido un accidente de este tipo.
Además, se observan los mismos impactos en la construcción de gasoductos que de oleoductos, como explicamos anteriormente. (Imagen 9).



Imagen 9. Esquema de la contaminación del agua potable durante la hidrofractura (Fracking): Por esta tecnología se extrae el gas de esquisto (shale gas), que está almacenado en el subsuelo, a varios kilómetros de profundidad. Se realiza una perforación vertical, y se derivan de ella perforaciones horizontales. Por estas excavaciones se inyectan millones de litros de agua mezclados con arena gelificada y una combinación de productos químicos, altamente tóxicos. Lo que se busca así es que el combustible, que está atrapado en forma de burbujas en las rocas, emerja.

En lo relativo al consumo, el mayor impacto ambiental que presenta este energético es la combustión. En todo caso, el gas natural es el combustible que produce menos contaminación atmosférica, y por lo tanto, es considerado el combustible más limpio en la actualidad.
CARBÓN
El primer combustible fósil que ha utilizado el hombre es el carbón, y cuenta con abundantes reservas. Representa cerca del 70% de las reservas energéticas mundiales de combustibles fósiles conocidas actualmente, y es la más utilizada en la producción de electricidad a nivel mundial.
Es una roca combustible sólido, con un alto contenido en carbono. (Imagen 10)


Imagen 10. Extracción del carbón en minas. Observamos la exposición a los polvos residuales a la que están sometidos los mineros
 

Carbón mineral: Procede de la transformación de grandes masas vegetales provenientes del llamado período Carbonífero. Estos vegetales enterrados sufrieron un proceso de fermentación en ausencia de oxígeno, debido a la acción conjunta de microorganismos, presión y temperatura adecuados. A medida que pasaba el tiempo, el carbón aumentaba su contenido en carbono, lo cual incrementa la calidad y poder calorífico del mismo. Según este criterio, el carbón se puede clasificar en:
- Turba: es el carbón más reciente. Tiene un porcentaje alto de humedad (hasta 90%), bajo poder calorífico (menos de 2000 kcal/kg) y poco carbono (menos de un 50%). Se debe secar antes de su uso. Se encuentra en zonas pantanosas. Se emplea en calefacción.
- Lignito: poder calorífico menor de 7000 kcal/kg, con más de un 50 % de carbono y mucha humedad (30%). Se encuentra en minas a cielo abierto y por eso, su uso suele ser rentable. Se emplea en centrales eléctricas.
- Hulla: tiene alto poder calorífico, más de 7000 kcal/kg y elevado porcentaje de carbono (85%). Se emplea en centrales eléctricas y fundiciones de metales.
- Antracita: es el carbón más antiguo, pues tiene más de un 90% de carbono. Arde con facilidad y tiene un alto poder calorífico (más de 8000 kcal/kg).
Carbones artificiales: los más importantes son el coque y el carbón vegetal.
- Coque: se obtiene a partir del carbón natural. Se obtiene calentando la hulla en ausencia de aire en unos hornos especiales. El resultado es un carbón con un mayor poder calorífico.
- Carbón vegetal: se obtiene a partir de la madera.
El carbón es un mineral bastante quebradizo, que se extrae mediante el esfuerzo directo del ser humano, y por lo mismo, los mineros están expuestos al polvo residual de las faenas, produciendo daños en su salud, sobre todo a nivel pulmonar, ocasionando la enfermedad conocida como neumoconiosis del carbón, que conlleva a fibrosis pulmonar, con gran deterioro de la calidad de vida de estas personas. (Imagen 11).


Imagen 11. Radiografías de tórax  de pacientes con fibrosis pulmonar secundaria a neumoconiosis de los mineros de carbón.


El almacenamiento y distribución del carbón no presenta riesgos de impacto ambiental, sin embargo su almacenamiento al aire libre sin protección produce la oxidación de ciertos compuestos como el azufre que al entrar en contacto con lluvias, generan compuestos ácidos y corrosivos que escurren y queman el suelo en que se encuentran, donde pueden filtrarse hacia las capas subterráneas. (Imagen 12).
Imagen 12. Almacenamiento al aire libre que genera sustancias tóxicas para el suelo y el aire atmosférico.
La combustión del carbón genera hollín, monóxido y dióxido de carbono, además de otros polutos derivados del azufre (óxido de azufre) y del nitrógeno (óxido de nitrógeno) que  contribuyen con el efecto invernadero y la lluvia ácida.

EFECTO INVERNADERO Y CALENTAMIENTO GLOBAL
Dentro de un invernadero la temperatura es más alta que en el exterior porque entra más energía de la que sale, por la misma estructura del habitáculo, sin necesidad de que empleemos calefacción para calentarlo. (Imagen 13).



Imagen 13. La mayor parte de la radiación solar (un 70%) atraviesa la atmósfera y alcanza la superficie terrestre, que se calienta y a su vez emite radiación infrarroja. Esta radiación infrarroja atraviesa y supera la atmósfera, pero parte de ella es absorbida y reemitida por las partículas de Gases de Efecto Invernadero (GEI) lo que provoca el aumento de las temperaturas (Fuente: UNEP-GRID-Arendal, (2010)).

En el conjunto de la Tierra se produce un efecto natural similar de retención del calor gracias a algunos gases atmosféricos. La temperatura media en la Tierra es de unos 15º C y si la atmósfera no existiera sería de unos -18º C.
Se le llama efecto invernadero por similitud, porque en realidad la acción física por la que se produce es totalmente distinta a la que sucede en el invernadero de plantas.
El efecto invernadero hace que la temperatura media de la superficie de la Tierra sea 33º C mayor que la que tendría si no existieran gases con efecto invernadero en la atmósfera.
¿Por qué se produce el efecto invernadero?
El ciclo formado por los puntos B y C, es el responsable del aumento en la temperatura de las capas más cercanas a la superficie terrestre. (Imagen 14).
 
Imagen 14. A: Absorción de la radiación emitida por el Sol en las capas atmosféricas. B: Reflexión de la radiación solar absorbida (aproximadamente un 30 por ciento). C: Captación de la radiación solar reflejada por los gases invernaderos. D: Expulsión de la radiación solar al espacio.

El efecto invernadero se origina porque la energía que llega del sol, al proceder de un cuerpo de muy elevada temperatura, está formada por ondas de frecuencias altas que traspasan la atmósfera con gran facilidad. A su vez, la energía remitida hacia el exterior, desde la Tierra, al proceder de un cuerpo mucho más frío, está en forma de ondas de frecuencias más bajas, y es absorbida por los gases con efecto invernadero. (Imagen 15).
Si no existieran estos gases, el planeta sería cerca de 30 grados centígrados más frío de lo que es ahora. En esas condiciones probablemente la vida nunca hubiera podido desarrollarse.
Esta retención de la energía hace que la temperatura sea más alta, aunque hay que entender bien que, al final, en condiciones normales, es igual la cantidad de energía que llega a la Tierra que la que esta emite. Si no fuera así, la temperatura de nuestro planeta habría ido aumentando continuamente, perjudicando la vida de los seres que habitan el planeta.
Podríamos decir, de una forma muy simplificada, que el efecto invernadero lo que hace es provocar que la energía que llega a la Tierra sea "devuelta" más lentamente, por lo que es "mantenida" más tiempo junto a la superficie y así se mantiene la elevación de temperatura.


Imagen 15. La energía que la Tierra necesita (para mantener la temperatura de la Tierra, para mover masas de aire, etc.) la toma del Sol. El Sol emite sus rayos en forma de onda corta a la que la atmósfera es prácticamente invisible. La superficie de la Tierra es calentada por el Sol, pero alrededor del 70% de la energía solar es devuelta al espacio en forma de onda larga (longitud correspondiente a rayos infrarrojos), parte de esta radiación infrarroja es retenida por los gases presentes en la atmósfera que producen el llamado efecto invernadero y la reflejan de nuevo a la superficie terrestre, es decir, estos gases se comportan ante la radiación como el cristal de un invernadero, dejando pasar el calor hacia el interior, pero no hacia el exterior, y por ello este efecto recibe su nombre.
 




Sin embargo, desde la revolución agrícola del Neolítico, es decir, desde que el hombre se hizo sedentario y comenzó a utilizar la agricultura como medio de abastecimiento, el aumento de la concentración de los gases invernadero provenientes de diversas actividades humanas ha provocado la intensificación de este fenómeno y ha sido a partir de la Revolución Industrial cuando este aumento se ha incrementado notablemente. Especialmente se ha producido por combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural) para obtener energía. La destrucción de bosques tropicales por el método de cortar y quemar también ha sido un factor relevante en este ciclo.

Como consecuencia de este aumento la temperatura global del planeta ha subido en los últimos100 años entre 0,4 y 0,8 grados centígrados en su temperatura media sufriendo un fuerte aumento a finales de los años 80, y se estima que en los próximos aumentará de 2 a 6 grados centígrados.
GASES CON EFECTO INVERNADERO
Vapor de agua: El principal gas invernadero es el vapor de agua (H2O), responsable de dos terceras partes del efecto invernadero natural. En la atmósfera, las moléculas de agua atrapan el calor que irradia la Tierra y la irradian a su vez en todas las direcciones, calentando la superficie terrestre, antes de devolverlo de nuevo al espacio.
El vapor de agua en la atmósfera forma parte del ciclo hidrológico, un sistema cerrado de circulación de agua, del cual existe una cantidad limitada en la Tierra (desde los océanos y la tierra a la atmósfera y vuelta a empezar a través de la evaporación y la transpiración, la condensación y la precipitación).
Las actividades humanas no añaden vapor de agua a la atmósfera, pero el aire calentado puede retener mucha más humedad, por lo que el aumento de las temperaturas intensifica aún más el cambio climático.
Dióxido de carbono: El elemento que más contribuye al efecto invernadero acentuado (artificial) es el dióxido de carbono (CO2). En general, es responsable de más del 60% del efecto invernadero intensificado. En los países industrializados, el CO2 representa más del 80% de las emisiones de gases invernadero.
En la Tierra existe una cantidad limitada de carbono que, como el agua, forma parte de un ciclo: el ciclo del carbono. Se trata de un sistema muy complejo en el que el carbono se desplaza por la atmósfera, la biosfera terrestre y los océanos.
Las plantas absorben CO2 de la atmósfera durante la fotosíntesis. Utilizan el carbono para construir sus tejidos y lo vuelven a liberar a la atmósfera cuando mueren y se descomponen. Los cuerpos de los animales (y los de los humanos) también contienen carbono, ya que están compuestos por el carbono obtenido de las plantas digeridas o de los animales que comen plantas. Este carbono se libera como CO2 cuando respiran (respiración) y cuando mueren y se descomponen.
Los combustibles fósiles son los restos fosilizados de las plantas y animales muertos que se forman a lo largo de millones de años en determinadas condiciones, y por eso contienen una gran cantidad de carbono. En términos generales, el carbono es el resto de los bosques enterrados, mientras que el petróleo es la vida vegetal oceánica convertida. (Los océanos absorben CO2, que, en forma disuelta, se usa en la fotosíntesis de la vida marina.)
Cada año se intercambian miles de millones de toneladas de carbono de forma natural entre la atmósfera, los océanos y la vegetación terrestre. Parece que los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera variaron menos del 10% durante los 10.000 años anteriores a la Revolución Industrial. Desde 1800, sin embargo, las concentraciones han aumentado aproximadamente un 30% por la quema de cantidades masivas de combustibles fósiles para producir energía principalmente en los países desarrollados. En la actualidad, emitimos más de 25.000 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera cada año.
Hace poco, investigadores europeos descubrieron que las concentraciones actuales de CO2 en la atmósfera son más altas ahora que en cualquier otro período de los últimos 650.000 años. En una investigación se perforaron los núcleos glaciares hasta una profundidad de más de 3 km alcanzando el hielo antártico que se formó hace cientos de miles de años. Este hielo contiene burbujas de aire que ofrecen un historial de composiciones atmosféricas de diferentes épocas en la historia de la Tierra.
El CO2 puede permanecer en la atmósfera entre 50 y 200 años, en función de cómo se recicle en la tierra o en los océanos. (Imagen 16).
Metano: el segundo gas que más contribuye al efecto invernadero acentuado es el metano (CH4). Desde el principio de la Revolución Industrial, las concentraciones de metano en la atmósfera se han duplicado y han contribuido un 20% al incremento del efecto invernadero. En los países industrializados, el metano representa normalmente el 15% de las emisiones de los gases invernadero.
El metano se crea sobre todo mediante las bacterias que se alimentan de material orgánico cuando escasea el oxígeno. Por tanto, el metano emana de fuentes naturales y de fuentes influidas por el hombre, siendo mayoría estas últimas. Las fuentes influidas por el hombre son la minería y la quema de combustibles fósiles, la cría de animales (el ganado se alimenta de plantas que fermentan en sus estómagos, por lo que exhalan metano que también está presente en el estiércol), el cultivo de arroz (los arrozales inundados producen metano porque la materia orgánica en el suelo se descompone sin oxígeno suficiente) y los vertederos (aquí también, los residuos orgánicos se descomponen sin oxígeno suficiente).
En la atmósfera, el metano retiene el calor y es 23 veces más efectivo que el CO2. Su ciclo de vida es, sin embargo, más breve, entre 10 y 15 años. (Imagen 16).
Óxido nitroso: El óxido nitroso (N2O) se libera de forma natural de los océanos y de las selvas tropicales gracias a las bacterias del suelo. Algunas de las fuentes influidas por el hombre son los abonos a base de nitrógeno, la quema de combustibles fósiles y la producción química industrial que utiliza nitrógeno, como el tratamiento de residuos. En los países industrializados, el N2O representa aproximadamente el 6% de las emisiones de gases invernadero. Al igual que el CO2 y el metano, el óxido nitroso es un gas invernadero cuyas moléculas absorben el calor al tratar de escapar al espacio. El N2O es 310 veces más efectivo que el CO2 absorbiendo el calor. Desde el inicio de la Revolución Industrial, las concentraciones de óxido nitroso en la atmósfera han aumentado un 16% aproximadamente y han contribuido entre un 4 y un 6% a acentuar el efecto invernadero.
Gases fluorados de efecto invernadero: Son los únicos gases de efecto invernadero que no se producen de forma natural, sino que han sido desarrollados por el hombre con fines industriales. Representan alrededor del 15% de las emisiones de gases invernadero en los países industrializados, pero son extremadamente potentes - pueden atrapar el calor hasta 22.000 veces más eficazmente que el CO2 – y pueden permanecer en la atmósfera durante miles de años.
Los gases fluorados de efecto invernadero incluyen los hidrofluorocarbonos (HFC) que se utilizan en la refrigeración, como el aire acondicionado, sulfurohexafluorido (SF6), que se usa, por ejemplo, en la industria de la electrónica; y los perfluorocarbonos (PFC), que se emiten durante la fabricación de aluminio y se emplean también en la industria de la electrónica. Posiblemente los gases más conocidos de este grupo sean los clorofluorocarbonos (CFC), que no sólo son gases fluorados de efecto invernadero, sino que además reducen la capa de ozono. Estos gases se están retirando paulatinamente en virtud del Protocolo de Montreal de 1987 relativo a las sustancias que reducen la capa de ozono. (Imagen 16 e Imagen 17).
                Como se indica en la columna de acción relativa, un gramo de Clrofluorocarbono (CFCs) produce un efecto invernadero 15.000 veces mayor que un gramo de dióxido de Carbono (CO2), pero como la cantidad de CO2 es mucho mayor que la del resto de los gases, la contribución real al efecto invernadero (en porcentaje) es la que señala la columna de la derecha. (Tabla 2).


Tabla 2. Contribución real de los gases al efecto invernadero


Imagen 16. Porcentaje de gases de efecto invernadero existentes en la atmósfera. Dióxido de Carbono (CO2); gas emitido por la quema de combustibles como el petróleo. Óxidos de Nitrógeno (N2O); que se presentan en los fertilizantes químicos. Vapor de agua. Clorofluorocarbonos (CFCs); gases compuestos de cloro, flúor y carbono que se encuentran en algunos aerosoles y algunas sustancias que se utilizan para los refrigeradores. Metano (CH4); gas que se produce al combinarse algunos desechos sólidos.
 

Imagen 17. Esta ilustración muestra el “agujero” en la capa de ozono que se encuentra en la Antártida. La capa de ozono es un gas que envuelve la Tierra e impide el paso de los rayos ultravioleta provenientes del Sol. Actualmente, los clorofluorocarbonos (CFC), sustancias presentes en diversos productos como desodorantes, pinturas, perfumes, refrigeradores y extinguidores, están alterando y dañando esta capa. Si se adelgaza la capa de ozono puede aumentar la radiación ultravioleta, lo cual causa quemaduras, cáncer en la piel y retardo en el crecimiento de las plantas y algunos cultivos como trigo, arroz, maíz y soya. También podría llevar a un importante aumento de las temperaturas de la superficie terrestre alterando los climas de las diferentes regiones naturales del planeta.




¿Qué consecuencias tiene el efecto invernadero?
La principal consecuencia que desencadena este efecto es el calentamiento global. Este hecho desencadenaría una lista importante de consecuencias derivadas, además de que favorecería al efecto invernadero, ya que si se produjera, los gases invernadero disueltos en las aguas de los océanos tendrían menos solubilidad y serían emitidos a la atmósfera.
La temperatura de la atmósfera tendría un aumento de 2 a 6ºC en un periodo de cien años. Este aumento parece pequeño, pero no lo es, ya que una variación superior a 2ºC nunca se ha registrado en nuestra civilización. Un pequeño cambio de temperatura supondría un planeta totalmente distinto al que hoy conocemos; por ejemplo, en la última era glacial, hace unos 18 mil años, la temperatura de la Tierra era sólo 5ºC inferior a la actual; y más recientemente, las temperaturas comprendidas entre 1550 y 1850 (periodo conocido como la “pequeña era del hielo”) eran sólo cuatro décimas inferior a la temperatura de hoy en día.

El aumento de temperatura desencadenaría, entre otros, estos hechos:
ü  La temperatura aumentaría en los polos, por tanto, habría menos contraste entre las temperaturas polares y las ecuatoriales, lo cual afectaría a la circulación global de masa de aire.
ü  Los ciclones, huracanes y tormentas tropicales serían más frecuentes y violentos, con lo que la población de las regiones intertropicales se vería seriamente afectada: perderían sus cosechas, sus casas, etc. Además, nosotros también nos veríamos afectados, ya que muchas de las industrias de las que dependemos serían afectadas.
ü  Ecosistemas como los bosques húmedos sufrirían también las consecuencias, con lo que se perderían muchas especias animales y vegetales
ü  Las sequías en las zonas entre los trópicos y los círculos polares sufrirían sequías más duras. Esto desencadenaría principalmente las siguientes consecuencias:
a)      Aumento de zonas desérticas
b)      Erosión de tierras cultivables, lo cual supondría un duro golpe a la agricultura en muchas partes del mundo, lo que afectaría directamente a la población y aumentarían la hambruna, las plagas favorecidas por el calor, las nuevas enfermedades, entre otros.
c)       Más incendios forestales
d)      Se secarían muchos ríos, lo cual quiere decir que tendríamos menos fuentes de obtención de agua corriente.
e)      Haría demasiado calor, y tanto los animales como nosotros mismos posiblemente no lo soportaríamos.
ü  Otra gran consecuencia sería el deshielo de los polos, que tendrá las siguientes consecuencias:
1.       Habría menos cubierta de nieve y menos extensión y duración en las capas de hielo en lagos y ríos.
2.       Las zonas costeras y sus actividades dependientes del mar se verían afectadas
3.       Ecosistemas tan ricos como la Tundra de Siberia o de Canadá sufrirían las consecuencias, y perderíamos la gran biodiversidad de estas zonas.
Si se deshielan los polos, la profundidad de los mares aumentaría y ascendería el nivel del mar. Este ascenso sería, sin duda, catastrófico:

Se estima que el nivel del mar subiría entre 10 cm y 2m, con lo cual, las regiones ribereñas, costeras e insulares, además de muchas islas, quedarían inundadas:
En Bangladesh (India), con sólo un aumento de 60 cm, las tierras fértiles de las cuales dependen miles de personas quedarían inundadas. Con un aumento de 1m, 2000 km2 de tierra quedarían bajo las aguas. Bangladesh es una ciudad superpoblada y muy pobre, y no podrían superar estos hechos.
En los EE.UU, muchas de las tierras del medio oeste quedarían inundadas, y sus cosechas se verían reducidas en una tercera parte.
Las Islas Maldivas y sus atolones coralinos desaparecerían bajo el océano si el mar crece sólo 3m.
En las Islas Galápago podrían inundarse fácilmente las costas de cría de especies tan exóticas como las tortugas galápago, las iguanas y los leones marinos. Una pérdida de biodiversidad irrecuperable.
Posiblemente, el ascenso del nivel del mar podría no ser un gran problema en países desarrollados como Reino Unido, que ya tiene barreras contra las inundaciones, pero estas medidas son excesivamente caras y muchos de los países subdesarrollados no podrían permitírselas.
En España, parece bastante probable un aumento de las temperaturas igual o ligeramente superior a la media mundial, una ligera disminución de las precipitaciones en los dos tercios meridionales de la Península y un más apreciable descenso de la disponibilidad de agua, debido a la menor precipitación y a su mayor evaporación. También es de esperar un aumento progresivo de la intensidad y frecuencia de los fenómenos climáticos extremos, como son las sequías y las lluvias torrenciales.
Los expertos también han calculado las consecuencias que podría sufrir Venezuela:
A.      Uno de los primeros casos estudiados por los especialistas es la disminución del número de glaciares en la Sierra Nevada de Mérida: de los 10 que existían y que cubrían cerca de 10 km2, 4 desaparecieron, cinco redujeron sus tamaños y del último apenas quedan manchas.
B.      Otro de los efectos más visibles es la variación de las precipitaciones. Se han reducido casi 30 por ciento tierra adentro, donde hace más calor debido a la subida de las temperaturas. Mientras,  que en las costas hay mayor evaporación y se generan lluvias más intensas.
C.      El progresivo deshielo de los polos provocaría el avance del agua de los océanos a las costas, lo cual inundaría comunidades e infraestructuras ahí apostadas.
D.      Algunas de las zonas más vulnerables del territorio nacional son la Laguna de Tacarigua, en Miranda; Chichiriviche, Morrocoy y Tucacas, en la costa oriental de Falcón; las plantas de procesamiento de petróleo liviano de José, en Anzoátegui; algunas zonas de Juan Griego, en Nueva Esparta; la ciudad de Tucupita, y hasta el Delta del Orinoco.
Parece obvio que hay que poner medidas contra las consecuencias del efecto invernadero, pero hay que hacerlo de inmediato y no esperar a que las consecuencias tengan lugar.
¿Qué podemos hacer para frenar el efecto invernadero?
Soluciones a nivel personal
Cada minuto los seres humanos emitimos 48.000 toneladas de CO2 a la atmósfera, por ello, todos los habitantes de este planeta, estamos obligados a tomar medidas para detener el cambio climático y el aumento del Efecto Invernadero. Además un paso importante sería concienciar que el cambio climático es muy importante:
- Cada vez que usamos una bicicleta o caminamos en vez de utilizar el coche, estamos ayudando a la descontaminación de la Tierra.
- También podríamos usar sprays sin CFCs, utilizar los transportes públicos (si no podemos caminar o utilizar la bici) y utilizar calefacción de gas natural.
- Podemos disminuir el consumo de la energía si utilizamos bombillas y electrodomésticos de bajo consumo.
- Deberíamos también cuidar el aislamiento de nuestra casa, para no desperdiciar la energía que utilizamos con el uso del aire acondicionado.
- Deberíamos apagar las luces y los aparatos de aire acondicionado cuando no los necesitemos. Lo mismo ocurre con el agua caliente.
- Además, un paso importante sería concienciar a la población de que el cambio climático es muy importante
- Deberíamos reducir los desechos que producimos en casa. Para ello, podemos seguir las tres famosas R:
Reducir las basuras, consiste el tratar de rechazar los distintos envases que no cumplen ninguna utilidad vital.
Reutilizar los productos antes de que se conviertan en residuos, consiste en intentar sacarles todo su partido posible.
Reciclar las basuras consiste en devolver al ciclo productivo los materiales para que después de un tratamiento puedan incorporarse al mismo proceso consiguiendo un considerable ahorro de materias primas y energía.
Soluciones a nivel de comunidad: Las energías alternativas
Gran parte de los gases invernadero son producidos al quemar combustibles fósiles para obtener energía. Pero existen diferentes métodos para obtener esa energía, como las llamadas energías alternativas, que son un tipo de energía que ni se gastan ni contaminan:
Energía solar: se extrae del sol, en el cual se produce una reacción termonuclear, con lo que se libera una gran cantidad de energía en forma de radiación electromagnética, que podemos aprovechar mediante diferentes técnicas.
Energía eólica: se debe a la energía cinética del aire. La potencia que se obtiene es por tanto pequeñas variaciones de velocidad, que dan lugar a grandes variaciones potencia.
Energía de la biomasa: de ella se obtiene el biogás, del que pede utilizarse para motores de gas o calefacción
Energía mareomotriz y térmica marina: La energía maremotriz es posible gracias a la energía de las olas del mar y de las mareas. En cuanto a la energía térmica marina, se basa en el desnivel térmico existente entre la superficie de los mares y las capas profundas; aunque estos procedimientos tienen hoy en día un bajo rendimiento.
Energía geotérmica: este recurso se presenta en forma de rocas, obteniendo energía eléctrica mediante diversas transformaciones.
Sin un aumento de la presión de la opinión pública nacional e internacional, el cambio climático no tiene solución. El ciudadano seguirá utilizando su automóvil, protestará por las subidas de los precios de los combustibles, seguirá despilfarrando energía y será fácil presa de las campañas de intoxicación de las grandes empresas afectadas por los intentos de reducir las emisiones de gases de invernadero.



Así mismo, sin la presión ciudadana y el importante papel de los medios de comunicación, no se forzará a las partes más reticentes a aceptar compromisos que supongan un paso importante para frenar el cambio climático.

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